Reclamos de Perdiz

Llegados los meses de octubre y noviembre los aficionados a la caza de la perdiz con reclamo, sentimos la necesidad de incorporar nuevas promesas a nuestro jaulero: Los “pollos”.

 

Independientemente del número de ejemplares, así como la edad, y valía de los mismos, pocos aficionados se resisten a “buscar” ese “pollico” o “pollicos” en los que depositaremos todas nuestras “ilusiones” para la próxima temporada,    máximo si nuestro jaulero no está compuesto por ejemplares de excesiva valía. Esa “promesa” que nos alegre el prólogo de la temporada, dando muestras de ser un pájaro “puntero”.  

Pero, ¿Cuál o cuales son los criterios que el aficionado debe tener presentes a la hora de escoger ese “pollo” que nunca fallará?

Vamos a dar algunas nociones que nos ayuden a elegir el pájaro “infalible”:

  • Presencia “física” del pájaro:

Lo principal del pájaro es que “nos entre por los ojos”, si no es así, el “pollo” no se viene conmigo.  

Debemos fijarnos en pájaros que rebosen salud, bien desarrollados, perfectamente emplumados, y con colores característicos: Rojo intenso en el cerquillo de los ojos y patas, tirando a rojo morado en el pico. Signos que denotan salud y “pureza” genética.

Es “aconsejable” que el aspecto general del pájaro reúna alguna de las siguientes características:

Cabeza, planta, cuello y patas deben guardar un “equilibrio” proporcionado. En general, la “planta” debe ser más “redondeada” que “alargada”. Pechuga ancha, partida en dos mitades, cabeza gorda, cuello corto, grueso y fuerte, de “toro”, pico fuerte y gordo, de “gorrión”.

Color y textura de la pluma:

Detalle éste sumamente importante para muchos aficionados. La pluma debe ser “limpia”, de colores intensos, perfectamente definidos, y delimitados unos de otros: Azul, blanco, negro y rojo. Nunca “difuminados” o entremezclados.

Las cejas o líneas blancas de la cabeza, deben ser lo más “anchas” posibles, de color blanco puro, y que se extiendan hasta la base del cuello, en la parte trasera de la cabeza.

Las plumillas de los tufos deben ser de color “amarillo” puro, sin que existan plumas negras entremezcladas con las amarillas.

Las plumas del collar deben ser extremadamente negras, dando lugar a un collar de color negro “uniforme”, lo más negro y grande posible.

Las lágrimas” de la pechuga, deben ser lo más negras, y grandes posibles,   perfectamente definidas.

La fina “línea” que divide la papada blanca del pájaro, del collar, tiene que estar perfectamente definida, sin que se entremezclen ambas plumas.

Nunca deben faltar en la parte de atrás de la cabeza hasta la base del cuello y a ambos lados del mismo, gran cantidad de plumitas entremezcladas de colores negro y blanco, puros e intensos.

El pico, debe ser más bien corto y fuerte, denominado de “gorrión”.

La pechuga de color azul limpio y uniforme, tirando a azul claro, ancha, poderosa, partida en dos por una línea divisoria.

Las patas, pico y ojos, de color rojo intenso, llegando al morado en el pico.

Las patas, deben ser proporcionadas, más bien cortas.

Los “espolones” de las patas, finos y puntiagudos, nunca excesivamente grandes y alargados.

Los ojos, redondeados, vivos, que delaten “inteligencia” en el pájaro. 

  • Comportamiento:

        Debemos descartar de antemano, los pájaros “ariscos”, “broncos” “nerviosos”, pues estos pájaros difícilmente llegarán nunca a “encelarse”.

El pájaro que ante nuestra presencia más o menos cercana, dé “muestras” de saltar, bregar, alambrear, se tire “copas”, etc, deberemos desecharlo de inmediato.

  • Postura del pájaro:

Situado normalmente en el “centro” de la jaula, demostrando ser el “dueño” y “señor” de sus ... dominios. Dando siempre la “cara”, tranquilo, en actitud erguida y “desafiante”, con el cuerpo y la mirada situada en el frontal de la jaula, sin darnos la espalda.

No debe mostrar nunca miedo ante la presencia cercana de personas, ruidos, voces, gestos, etc, permaneciendo impasible ante cualquier “contratiempo”. Es decir, un pájaro que derroche “nobleza”. ¡Que sepa estar en la jaula! 

Es de agradecer que muestre “alegría” ante nuestra presencia, “sin llegar a ser muñequero”, regalándonos algún picotazo suave al chasquearle los dedos.

  • Voces:

En general, con un amplio y buen repertorio de voces. En particular, la “reclamada” debe ser perfecta, fuerte, limpia, marcando todos los “tiempos”, y con al menos de “cuatro” golpes. El “pie” que no sea corrido.

Siguiendo todos estos consejos, tal vez, y con mucha suerte, podamos “sacar” uno o dos “pollicos” de entre varios, en los que depositaremos nuestras esperanzas e ilusiones para la ya próxima campaña de caza de perdiz con reclamo.

¡Buena elección a todos y mucha suerte!

Tiro fijo.