Según se deduce de la leído más arriba, se va a prohibir la caza, los toros, las granjas...
Sabéis lo que esto supondría: entre otros, cerrar todos los establecimientos de venta de artículos de caza, armería, ropas, calzado, así como los restaurantes específicamente abiertos por la práctica de la caza y algunos hoteles que viven de la misma, yendo todos sus propietarios y empleados al paro.
Todas las fincas de caza mayor y menor, se quedarían improductivas, y todo el personal que las mantiene, irían también al paro.
Si se suprimen las corridas de toros, todo el personal contratado para la cría y cuidado de las ganaderías de reses bravas, así como de las plazas de toros, los toreros y sus cuadrillas y el personal que directamente trabaja para este sector, iría igualmente al paro.
Si se prohíbe criar animales para su venta, porque se prohíbe también su comercialización, no podríamos comer carne de cerdo, ni de vacuno, ni de pollo, ni huevos, ni leche, ni queso, ni nada relacionado con los animales, y me imagino que ahí entra también el pescado, que también son animales. Sabéis lo que esto supondría: cerrar las granjas de explotación de todo tipo de animales, y por supuesto los mercados y establecimientos de venta de carne, pescado, embutidos, leche, huevos, etc., etc., y todas las fábricas e industrias relacionadas con el sector, centrales lecheras, fábricas de embutidos, conserveras..., y todos sus miles y miles de empleados, al paro.
Y por supuesto, nada de importaciones de nuestros productos cárnicos, porque ya no los tenemos.
Podríamos seguir enumerando cantidad de trabajos relacionados con los animales, que se suprimirían con estas medidas, ya que solo he expuesto algunos tras una pequeña y rápida reflexión, pero ahí lo dejo.
Y yo me pregunto: ¿En qué se quedaría convertida nuestra nación?